Los niños y adolescentes están llegando a ser consumidores sumamente importantes y poderosos. La televisión y la Web les traen mucha información sobre productos y tendencias que antes no recibían y que sus padres tal vez no reciben todavía. Gastan más dinero e influyen más que nunca en las decisiones de sus padres. El salón exitoso del futuro va a tener que adaptarse a los gustos juveniles para aprovechar esta tendencia.
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