Esta estética que siguen proponiendo los ingleses no pasa por "embellecer", por destacar lo mejor y disimular lo peor de un
rostro, buscando agradar, gustar a los otros. No es éste el tipo de sentimiento que un inglés promedio quiere despertar en los demás. Evidentemente ninguna chica punk en el Londres de los '80 se preguntaba si le convenía hacerse la cresta porque le dejaba al descubierto unas orejas demasiado grandes.
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